La tos ferina, aunque es más común en los niños, también puede darse en adultos y manifestar síntomas similares. También conocida como tos convulsa o pertussis, es una enfermedad respiratoria muy contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis.
Síntomas de la tos ferina
La tos convulsa es más común en niños, pero también puede afectar a adultos, quienes experimentan síntomas similares a los observados en menores. La tos ferina se manifiesta por varias etapas con síntomas particulares. Es importante reconocerlas para buscar atención médica y tratamiento adecuado a cada una de ellas:
- Fase inicial (catarral): en la fase inicial, la infección por Bordetella pertussis suele ser asintomática o manifestar síntomas similares a los del resfriado común: congestión nasal, estornudos, tos leve, fiebre baja, malestar general y dolores musculares. Como son síntomas tan similares a los de un catarro común, pueden llevar a un diagnóstico erróneo.
- Fase paroxística: a medida que la infección progresa, los síntomas se vuelven distintivos: aparece la denominada «tos convulsa». La tos se intensifica, se vuelve persistente y se suele manifestar en ataques paroxísticos (de allí el nombre). Los ataques de tos pueden ser lo suficientemente intensos para provocar vómitos, y suelen manifestarse por una tos vigorosa seguida de una inhalación rápida y con fuerza que genera un silbido al inhalar, e inclusive puede producir pérdida del estado de conciencia momentánea por asfixia.
- Fase de convalecencia: a medida que la infección es contrarrestada por el sistema inmunológico y remite, la intensidad de la tos va disminuyendo de forma gradual. No obstante, esta puede persistir durante semanas o meses después de la fase paroxística. Esta fase resulta incómoda, y el único tratamiento es sintomático